miércoles, 11 de septiembre de 2019

las nuevas centralidades de Lima Metropolitana


En el contexto del lanzamiento del comité consultivo que trabajará el Plan de desarrollo de Lima del 2021 al 2040, se publica el libro Las centralidades de Lima Metropolitana en el siglo XXI.  Una aproximación empírica. Editado por Arquitectura PUCP. Son 7 autores quienes proponen una visión multidisciplinaria frente a la diversidad de casos presentados en el desarrollo urbano de nuestra ciudad. Los autores son Pablo Vega Centeno, Manuel Dammert Guardia, Paola Moschella, Marta Vilela, Graciela Fernández de Córdova y Omar Pereira. El libro aporta a un debate que se hace imprescindible debido a que desde el siglo XIX se proponen planes que permitan la gobernabilidad en 49 distritos con distintas autoridades y un desorden de normas que convierten nuestra ciudad en un monstruo ingobernable. En este libro la investigación se pone al servicio de la solución. La academia salta a la palestra propiciando la discusión sobre las 10 centralidades surgidas espontáneamente en Lima.


Los estudios recientes en América Latina coinciden en que la estructura urbana de las metrópolis se ha modificado drásticamente desde fines del siglo XX. La globalización y el modelo actual de acumulación de capital han generado una serie de procesos de reestructuración territorial que proponen la necesidad de repensar procesos de fragmentación urbana, las nuevas características de la estructura y forma urbana, y la relación que se establece entre actores públicos y privados. Metrópolis como Lima no logran generar un equilibrio entre la estructura urbana y la distribución social de sus espacios residenciales. Como resultado, la actual organización de la ciudad reproduce desigualdades socioespaciales y las vuelve persistentes. El libro se organiza sobre la base de los niveles de estudio propuestos. El primer capítulo plantea el ámbito de discusión general de la investigación. Asimismo, establece las dimensiones de análisis precisando nuestra aproximación al concepto de centralidad urbana y su relación con otras nociones como las de funciones urbanas, infraestructura vial, densidad y espacio público.


jueves, 11 de septiembre de 2014

La muerte del libro impreso: realidad o ficción





Un debate que toma fuerza frente al aumento de los instrumentos de lectura digital es la vigencia del libro impreso. Es mucho más agudo el tema en los países latinoamericanos frente al déficit lector. Por ejemplo, tenemos que en el Perú el promedio de lectura es de 1 a 3 libros al año por persona. En un listado de 108 naciones, publicado por la UNESCO, México ocupa el 107 lugar. Es el penúltimo a pesar de que existen 40, 345 librerías. Argentina tiene el mejor promedio de lectura en esta región, es de 5 libros por persona al año. Mientras España tiene el 7.5; Alemania el promedio es de 12 libros por persona al año.
Los nativos digitales
Cada vez son más sofisticados los instrumentos digitales de lectura, hecho que da status a quien lo posea. La generación de los  nativos digitales, que nace y está creciendo con los tablets, celulares, migrará con facilidad a los dispositivos electrónicos. La gran cantidad de textos gratuitos que circula por internet es otra ventaja para los lectores digitales.
Transformarse o desaparecer
Sin embargo, si recorremos la historia nos encontramos que estos mismos temores afectaron a las empresas radiofónicas cuando apareció la TV. Y el resultado fue la aparición de nuevas características en la radio que son irremplazables, como  la fidelidad con el oyente, la cercanía, la facilidad en el contacto. También el cine superó la aparición del video tape o DVD. Ir al cine se ha convertido en un acontecimiento de socialización, de encuentro. La diversidad de propuestas en las salas cinematográficas permite que los encuentros sean momentos de placentero circular. El cine bar es una opción con mucho éxito.

El libro como objeto de arte
El surgimiento de nuevas librerías y una venta superior a los 4 millones de dólares en la última feria internacional del libro en el Perú nos inducen a pensar en nuevas posibilidades para el libro impreso. Además el surgimiento de editoriales independientes nos lleva a creer firmemente que la experiencia de leer en un material impreso perdurará.
Esta experiencia sensorial, mágica incrementa sus posibilidades con el surgimiento de una tendencia que está cobrando más adeptos: la creación del libro como objeto de arte. Además del contenido, la forma tiene un lugar primordial, los materiales son escogidos con sumo cuidado, las tintas tienen olor. La visión de este conjunto de caracteres produce el llamado libro objeto que no solo seduce sino invita a la lectura como una experiencia mágica. Los cinco sentidos se agudizan: pasar las hojas, el olor, el color, las texturas, el sabor del material.



La marcas de género en la literatura peruana

A propósito del XIX Coloquio de  Estudiantes de Literatura que se lleva a cabo en estos días en la PUCP, la voces femeninas han cooptado un espacio relevante rompiendo el clóset. La poesía de Blanca Varela abre las puertas a la escritura de mujeres,  revela su condición de marginalidad, los esterotipos circundantes, las limitantes de género existentes.

Tomando la expresión de los expertos, la poesía de Varela, es elegante, contenida, sobria, discreta.
Ese puerto existe muestra más allá de la creación poética; la condición social de la autora surge rodeada de vínculos que la colocan en el circuito deseado. Los intelectuales más famosos de vinculan con ella. Octavio Paz contribuye con el nombre de su poemario.

martes, 26 de octubre de 2010

El poeta Alvaro Torres Calderón canta en versos lúcidos!




Ángel hechizado

Tu nombre me recuerda la libertad y la belleza: Cassandra, profeta incomprendida.

Ángel de la nieve y el rocío.

Tu presencia, era suficiente para volver a sonreír

Tu sonrisa tierna, tu risita de murmullo, agua de azahar para el afligido.

Tus ojos de viva paz son ahora exclusividad de los aires

Tu silencio es sinónimo de sabiduría

Tu palabra acertada: Prudencia

Wisely, sabiamente Wisely

Mi mente recorre los lugares remotos de tu nombre,

Cassandra, espíritu soñador.

Estuviste con nosotros veinte años y un poco más

Nos elevaste en nuestro espíritu,

y a tus padres antes que a nadie;

Elevaste a los que te conocieron y a los que no, también.

A los que te conocieron: nuestras vidas fueron tocadas por la mágica luz de tu espejo

Por la hechizante miel de tu voz, por la frescura de tu amistad.

A los que no te conocieron: Posaste una mirada de ángel en sus ojos

Un retrato tuyo depositado para despertarlos del sopor.

Ángel hechizado, terminaste tu misión por estos campos

Nos dejaste cautivados y prendidos a un hilo de la memoria

Un hilo fuerte de plata que se acurruca con el susurro de la luna.

Nos dejas gozando las pequeñas gigantes cosas que compartiste con nosotros

Nos dejaste el ejemplo de tu juicio y dedicación,

de tu alegría risueña, de tu alegría triste.

Nos reconforta soñar con la energía interior de las ventanas de tu corazón

pese a la fragilidad de tu figura.

Nos dejaste ejemplo de sonreírle a esta vida traicionera,

Y burlarnos de nuestra eterna amiga calavera que nos acompaña.

Pegaste mariposas y flores a las paredes de esta vida galopante.

¡Sonríe y ríe Cassandra! ¡Ríe y sonríe!

La incomprensión me aturde, las lágrimas construyen una tapia en mi garganta,

mi humanidad me impide comprender que ahora brillas más que nunca,

que vives plenamente.

Antes sólo fueron pequeños momentos de vida.

Pasaste la frontera y te quedaste ahí,

¡Desprende ahora tus alas!

Acomódate en tu sillón y vigílanos.


Claroscuro, 2010. Editorial Línea andina, Lima Perú

lunes, 15 de febrero de 2010

Pitucuy: la siembra de maíz en cierre festivo

Texto y fotos: Clara Rojas
Acabó la temporada de siembra de maíz o pitucuy con un qatun raymi revitalizador. Costumbre milenaria de autoabastecimiento vigente en zonas alto andinas. Lo menciona Huamán Poma de Ayala en sus crónicas como una actividad agrícola que se inicia en setiembre y finaliza en noviembre. Permanencia que confirma la importancia del grano en tiempos prehispánicos. Hoy, el maíz es el núcleo presente en este encuentro festivo, cuando las familias invitan a parientes, amigos, compadres a departir en la jornada agrícola.
En el valle del Sondondo, Ayacucho, con 200 mil hectáreas en andenes, el pitucuy es frecuente en esta temporada. Convoca mano de obra para un espacio que lo requiere con urgencia.
PATA TARPUY RAYMI: LA FIESTA DE LA SIEMBRA EN EL ANDÉN
Solo en Andamarca, rodeada de andenes, existen 8 mil en pleno estado productivo. Ver de lejos el verdor de sus terrazas deslumbra. Pero de cerca no salimos del asombro, su grandeza se mide a escala humana. Cada terraza tiene un metro ochenta de promedio en altura y cerca de tres metros de ancho. Se nota la mano del hombre en su configuración construida en pircas. El sistema hidráulico preinca permite llevar agua hasta los puntos más difíciles e inaccesibles. Decir inaccesible para un pueblo acostumbrado a retar la adversidad es un sacrilegio. Nada es imposible en esta tierra de titanes. El éxodo de su población produjo el abandono de vastas hectáreas de andenes. Sin mantenimiento, los canales de algunas zonas quedaron obstruidas y es difícil su recuperación. Sin embargo, poco a poco, lo están logrando.
Nuevas formas institucionalizan tradiciones en la forja de cadenas productivas. El Pata Tarpuy Raymi o la fiesta de la siembra en el andén convoca a propios y foráneos a compartir esta jornada con el pueblo rukana. Es el final de la temporada de siembra y la comunidad de Andamarka ha elegido el sector más alejado para realizar la tarea. 18 yuntas se han anotado para el arado.

Es la víspera, las mujeres desgranan el maíz entre risas y cantos, organizan los alimentos que cocinarán a las 4 de la madrugada. Los hombres distribuyen las responsabilidades. Todas las instituciones locales aportan para cada etapa, ya sea productos o dinero. Se ha nombrado responsable por consenso al profesor Pascual Flores, presidente de la Asociación para el desarrollo turístico y cultural de Andamarca, ADETUR.
EL RENACER DE LOS ANDENES
Llego con las justas al punto elegido para el Pata Tarpuy Raymi, mis piernas tiemblan del esfuerzo al subir empinados trechos. Nos hemos perdido entre cercos de piedras sin saber que se mueven al regalado gusto de los naturales. Senderos enigmáticos se abren al conjuro de las sabias manos del patriarca Nolasco Páucar o de Fátima Tito. La comunidad en pleno está presente con pututos y trajes típicos.
Pascual Flores recibe a los Yaku alcaldes, a sus compadres, familiares y amigos, quienes llevan semillas y hacen mocco tinkay (bendecir la semilla). Colocan en el sombrero hojas y flores. El alcalde, Hugo Quispe, cumple con el saludo. Tinkan (brindan) con la pachamama, ofrecen deseos de una buena jornada y una buena cosecha. El quechua atilda el paisaje detenido en el tiempo de los incas.

Nadie se cruza de brazos, pero es la infatigable Fátima Tito quien impone participar a todos en las tareas con un grito ya conocido yujujuuy. Su canto diafragmático convoca. Y es que la distancia obliga y el talento de vivir en armonía convierte en melodía las necesidades, así surgen la danza y el canto para representar las actividades agrícolas, los yernos bailan malquiltusuy, las nueras entonan el qarawi. Las escaramuzas son acompasadas con un jayra.
Después de mediodía, los yernos se preparan para competir huacca pahuay, bajar y subir las terrazas desde el punto más alto de tres en tres sin soltarse. No veo trofeo, ni medallas ni nada que se parezca a un premio para tamaño esfuerzo. Y ¿qué ganan? pregunto. Respeto, dice muy digno el yaku alcalde de Negromayo, Alberto Damián Díaz. Llegan ollas gigantes con la comida. La chicha calma la intensa sed.

La dimensión del espacio explica la necesidad de contar con toda la familia en esta tarea. Las yuntas aran. Mientras el hombre arrea, la abuela dirige la yunta, la esposa esparce la semilla en el surco recién abierto. Cada tarea está definida. Otro miembro reparte chicha, se desplaza por las terrazas con agilidad. Las edades no hacen diferencia, participan de igual a igual con el mismo vigor.

LA COMIDA EN RECIPROCIDAD

La comida se ha dispuesto para todos los presentes. Las mantas en el suelo señalan el tamaño del banquete, en ellas colocan cancha, encima habas. En vajilla hecha por ellos mismos, sirven un delicioso plato a base de quinua y papa. Llegan las nueras con el chucco (pila de platos de distintos potajes). Los yernos reparten mientras las mujeres hermosamente adornadas se sientan en cuclillas junto a los anfitriones. Todos comen y beben congratulados por la abundancia. Esos mismos platos se devuelven con cancha. Reciprocidad, redistribución y complementariedad institucionalizan el sistema andino, que se muestra vital en esta fiesta.
Las yuntas han levantado la tierra, las mujeres recogen araq papa. Planta que crece aparentemente silvestre. Es papa de los incas, dicen. Dentro de poco, Pascual Flores será llevado en hombros por sus compadres, viven la alegría de una jornada cumplida. El verdor regresará a esta zona de terrazas indómitas. Entiendo su poder: el manejo de lo colectivo afirmado en la vigencia del ayni o la minka. Esa mentalidad los vuelve titanes. Quien se dispare solo será sometido a las críticas más duras. Aunque muchas veces, sean injustas, pero la construcción colectiva es el resguardo de su continuidad como nación. La comunidad ejerce un fuerte control social sobre sus representantes para avanzar juntos. En medio del alboroto, el quechua, el francés, el castellano se mezclan con naturalidad. Un grupo de jóvenes franceses, acompañados por la andamarquesa, Zoila Munaro departen en medio de los comuneros. La benefactora de este pueblo hermoso convoca a todos sus aliados para introducir desarrollo.
El Pata Tarpuy Raymi muestra a los rukanas. La escenificación es un retorno a un tiempo primordial en busca de ese ser colectivo, fundamento de sus fortalezas.

Las redes vitales de Pambarumbe

Texto y fotos: Clara Rojas
Pambarumbe se yergue en un páramo de la sub cuenca La Gallega, entre el verdor tropical de Morropón en Piura. A mil msnm, aparecen las casas con sus tejados a dos aguas, en medio de ceibos, aquel árbol tenebroso de los cuentos de hadas florece aquí sin malignidad. Llega por fin la caravana con cientos de invitados para la celebración de la Virgen del Rosario.

A la vera del camino, los nidos del Chilalo se mecen colgados de una rama. Semejan hornitos de barro en donde se guarecen seguros sus pichones. El tenaz pajarillo levanta su casa de dos pisos con barro y paja. Deslumbra la inteligencia en esta minúscula avecilla.
Este año, una multitud de visitantes atiborra las viviendas, siempre hay lugar para uno más tranquiliza la presidenta de la mayordomía, María Amelia Ramírez. El gobernador José Huerta y sus mayordomas, encargados de la organización de la fiesta, trabajaron intensamente todo el año para celebrar a la Virgen del Rosario. Algunos foráneos no entienden el significado de estos afanes. ¿Por qué gastar en un solo día el trabajo de un año?, dicen. Pero no es así. La fiesta es el corolario de un año de gestiones por mejorar la escuela, el local comunal, la iglesia.Concatenan redes comprometidas en la modernidad de su pueblo anclado en el corazón de sus nostalgias. Es un pequeño lugar del alto Piura engrandecido por el cariño de su gente.
Una fuerza vital los convoca. En torno a la Virgen del Rosario se congregan los hijos de Pambarumbe de todo del mundo. Aportan desde sus ubicaciones, como profesionales o como actores activos con gestiones ante las autoridades regionales. El lazo con la madre tierra se vitaliza en este encuentro festivo celebrado en octubre. Reverdece en su seno la huella de su gente. Sus calles, sus viviendas, los servicios son renovados. El sistema colectivo germina entre los versos de sus kumananas. La verbena estalla en algarabía. Los castillos cortan la negrura de la noche. Las tardes se llenan de apuestas, los gallos, los toros, las mascotas son un pretexto más para compartir. Tres días de fiesta en un encuentro regenerador. La procesión cierra el ciclo.
QUÍTALE EL SOMBRERO
El cargo de gobernador, responsable de la fiesta, se obtiene en un ritual lúdico. El sombrero, adornado con cintas de todos los colores, significa mando.
En la procesión que recorre el pueblo, el gobernador está flanqueado por sus cuatro soldados con máscaras encargados de proteger que nadie le quite el sombrero. En este recorrido se lo querrán quitar a toda costa. Si se deja, continuará el siguiente año con la responsabilidad o debe pagar una multa para entregarlo a otro. Los soldados enmascarados lo protegen. Lo impiden. Al final de la procesión si aún continúa en su poder, el gobernador entrega el sombrero como muestra de haber cumplido su compromiso a cabalidad. Entonces, elige a otro dándole el encargo del pueblo. LA ACHIRA EN CONSERVA: OFRENDA SÍMBOLO
La participación y aporte para los eventos ha sido abundante. En agradecimiento, el gobernador ofrece a los asistentes la conserva a base de achira, que es como una miel en un panal, dice José Huerta, abogado de profesión. Es usual en el Perú, desde tiempos prehispánicos, ofrecer una comida en reciprocidad al compromiso cumplido. En este caso, el fruto símbolo de la localidad es la achira. La tradición marca el origen de este tubérculo parecido a la yuca, de hermosa flor y vistoso follaje usado también por su belleza como planta ornamental.
En ninguna otra parte del Perú existe un rito semejante, la achira se vuelve símbolo de regocijo congregador, se ofrece en recompensa, como premio al esfuerzo. El anfitrión invita la conserva en un acto de atención, una tradición que se mantiene viva desde tiempos inmemoriales. Evidencia la importancia del fruto, su origen. Y con mayor precisión un origen en el norte del Perú.
Confirmado con las evidencias históricas encontradas en los primeros colonizadores, mencionan el tubérculo precisamente como fruto de esta localidad. Hay evidencias arqueológicas en Nasca y en Chimú, representadas en sus cerámicas. Y además están las evidencias lingüísticas, como lo remarca Juan Seminario en sus conclusiones sobre el estudio de las Raíces Andinas. La achira es un fruto que forma parte de la identidad de Pambarumbe, revitalizada cada año en esta fiesta. Se prepara con fines rituales en esta única ocasión. Los detalles en las fiestas son reveladores. Toponimias y tradiciones nos muestran costumbres prehispánicas vigentes. Muy cerca, Paltashaco muestra lo abundante y sabroso de su fruto bandera, la palta. Diversas variedades explican el nombre del lugar.

LAS CAPULLANAS REDIVIVAS

Las mujeres tienen un rol decisivo en cada etapa. Son educadas, líderes, organizadoras, asumen su papel de mando en todo momento. En Pambarumbe como en Lima, la fiesta las convoca a unir esfuerzos en beneficio de su terruño. En ambos lugares, las mujeres ponen el toque singular, antes de entrar a la iglesia, con el anda sobre los hombros, las mayordomas bailan y hacen bailar a la virgen una marinera, un huayno, sin un gesto de cansancio, las indoblegables herederas de las capullanas se despliegan armoniosas ensimismadas en las notas de la banda. No por gusto Piura es el departamento que más gasta en educación. Cultivadas al extremo, las mujeres batallan por su desarrollo. La bella abuela, Ernestina no siente el peso de sus 87 años, lee los diarios cada día, prepara la mesa para recibir con entusiasmo a sus invitados. Martha Ramírez, nacida en este hermoso paraje, hunde sus pies en el barro, sintiendo en la piel el llamado de la tierra. Las nuevas generaciones de mujeres remarcan el sino de belleza, sensualidad y candor que deslumbró a las huestes de Francisco Pizarro, las capullanas, temidas y adoradas en esos tiempos.
Pambarumbe florece como refugio y cobijo, diferente de otros lugares convertidos en fantasma por la ausencia de sus ciudadanos. A este pueblo de una sola calle, su gente retorna con las manos llenas de regalos.