viernes, 11 de septiembre de 2009

Apu yaku pagapuy

Por: Clara Rojas
Apu yaku pagapuy es el mismo rito de cumplir con pagarle a la deidad agua. Esta ceremonia andina inicia la gran fiesta que congrega a toda Andamarka, Ayacucho en un afán por reverdecer 8900 m2 a 3400 m de altura. La limpia de acequias es una labor titánica. Los canales alimentan andenes en actividad con cerca de 200 mil hectáreas y 25 pisos de alto. La obra hidráulica prehispánica y las formas de organización andina suscitan el asombro de los visitantes.

Del 14 al 26 de agosto se inaugura la limpia de las acequias entre los rukanas convertida en la fiesta más importante de la región. El rito de pago al agua revitaliza las actividades de riego agrícola en un espacio que demanda mucha mano de obra. Compone un diálogo horizontal entre el hombre, la naturaleza y sus dioses tutelares. Se diluyen sus fronteras para entrar a un tiempo mítico. El agua se humaniza. Fluye la comunidad imitando su discurrir, salpica, atrapa en su recorrido a todo aquel que encuentre en su camino.
EL MITO DE LOS RUKANAS
Todos los sentidos se afinan para conocer el tiempo mítico de los rukanas. Los términos fusionan el quechua castellano cambiando la mayor fuerza de voz según los momentos. Pagapa (coloquial), pagapaq (ceremonial), pagapuy (colectivo). En la mañana del 14 llegan al ojo de agua (paqarina) en la toma de Vizca. El rocío escarcha la piel. Empieza la serie de ofrendas. El pongo, Braulio Inca hace el pagapaq (despacho, entrego, pago) al Ñahuin Pampay. Cirilo Flores y la comunidad usuaria de riego cumplirán una jornada de limpieza en el canal de este sector.
La escena se repetirá los siguientes días en cada toma. Concluyen la jornada con la danza símbolo de esta fiesta: Olluscha, baile en el que se juega con barro. En esta algarabía forjan la estampa de inauguración. Por la tarde en la plaza, los 24 cargontes, responsables de la fiesta, bailan el Qaira, danza de competencia en resistencia con el zapateo de hombres y mujeres. Es el preludio del yaku raymi.
En su texto sobre la fiesta del agua en Andamarka, el antropólogo Juan Ossio describe el mito de origen de la comunidad. El orden social se expresa en la relación de opuestos complementarios que asumen los ríos Vizca y Negromayo, a ellos dirigen sus ofrendas, siempre con la preeminencia del Negromayo. Remarcado ahora como el lugar donde fueron arrojados los restos del Inca Huáscar. En torno a la muerte del inca gira en la actualidad su identidad. El vínculo de historia y generación de riqueza adquiere sentido en la modernidad local. El turismo asume importancia en el rito de limpia. El mismo alcalde, Hugo Quispe, acompañado de bombos, pongos y comuneros, anima a acudir a estas labores en Caniche, la ciudadela preinca del siglo 1 de nuestra era. Es el segundo día de fiesta. No hay pago, ni ojo de agua, pero la fuerza de la tradición impone continuidades. La necesidad crea nuevas formas sin perder su sentido andino de representarse. Los bombos suenan resignificando el acto.
PAGAPAQ A LA YAKUMAMA
El día cumbre en la celebración de la fertilidad es el 23. Realizan actos simultáneos en las lagunas de Jeruicha y Yarpucocha. Se da el pago a la yacumama y a la pachamama. El rito anuda a los opuestos complementarios y marca el final de la ceremonia de tributos.
Esa búsqueda de unidad y fertilidad lo simbolizan los recién casados, corren junto al grupo que hace de agua. Ellos protagonizan una acalorada discusión sobre quién debe llevar el ichu (paja: lo masculino), y el rakiraki (plantas: femenino). Escenifican con lucidez catártica las tensiones que produce luchar por una buena producción. Fertilidad. Origen y continuidad de la milenaria comunidad rukana. Cada acto tiene una lectura visionaria. Mientras más rápido corran más agua traerá el río.
El Qatun yachaq (gran maestro), pachamama chaninchaq es el responsable de hacer el pagapaq. Son tres los pongos: Braulio Flores Inca, Bernabé Pérez y Nicanor Ramos. Llegan al borde de las lagunas con el músico, bombo y una cruz. Llevan vasijas nuevas, semillas y diferentes piedras (minerales escogidos). Entre la tierra y el agua, en un límite precavido, instalan su manta y los productos.
En la laguna Yarpu, el Qatun yachaq fuma y bebe, dialoga con sus dioses. Invitan coca enlazando a un colectivo. El ñahuin churaq (maestro) coloca los diversos elementos sobre la manta. Maíz, chicha, semillas germinadas, cigarro, cal, hojas de coca. El pongo excava en un entierro permanente llamado caja o espíritu santo (huaca). Saborea el paijo (bebida). De ella saca antiguas vasijas inscritas. Mientras fuma se ensimisma en su lectura. El acto de fumar simboliza jerarquía y simetría con sus wamanis. Departe con la pachamama, llena de humo el hueco, lo tapa con su abrigo en gesto protector.
LA ESCRITURA ANDINA
El Qatun yachaq marca las vasijas con los minerales (sagrados). Raya una y otras vez con breves intervalos, coloca las nuevas en el lugar de donde desentierra las dejadas el año anterior. La antiguas y nuevas vasijas se llenan de cal, chicha, semillas. El choclo es adornado (vestido) con hojas de coca, lo coloca en el orificio. El pongo murmura, sonríe, fuma. Cada elemento de la naturaleza adquiere humanidad. El bombo suena en todo momento. Es un himno de renovación y continuidad.
Los gráficos en las vasijas cuentan una historia que el pongo compara con lo sucedido en un balance ineludible. Las rayas adquieren sentido. Raspan tres veces. Tienen que salir derechitas para dar una buena lectura. La primera tiene mayor extensión. La segunda media y la tercera menor. Si salen derechas quiere decir que será un buen año. Si se cruzan con otra habrá derrumbe, huaycos. Si salen medio chuecas vendrá la sequía. Surge a nuestra vista un conjunto de gráficos. Sostienen un significado compartido por los ancianos. Esas rayas, de diferentes tamaños semejante a dibujos de quipos, hablan claramente a los pongos.
Los ancianos mayores guardan en sus actos el legado del milenario pueblo rukana, increíblemente vivo. Al final, ríen y bailan metiéndose en el lodo, embarran a otros sin reparos, es la danza olluscha en plena efervescencia. El Qatun yaku raymi ha empezado.

1 comentario:

  1. Resalto dos cosas en el estupendo trabajo de Clara Rojas:
    Su amor por lo nuestro, que está emocionalmente abandonado por la mayoría de nosotros; y su profundo conocimiento de nuestra exquisita Cultura Andina y autóctona en general.
    El alma de Clara está en los Andes, aunque ella viva en otra parte del hermoso territorio nacional. Enrique Flores Cáceres.

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